lunes, 30 de junio de 2014

La ilusión es nuestro combustible, es la que nos permite no desfallecer, la que aporta color a la oscuridad, sol a las nubes, fuerza para dar un paso detrás de otro, esperanza para descubrir lo que hay detrás del siguiente recodo, acorta distancias, disminuye alturas, salva obstáculos.
No, jamás perdamos la ilusión, sin ella, qué seríamos?

domingo, 29 de junio de 2014



Detrás del mar mas lejos de la línea que separa el agua del cielo, donde la luna llena se relaja y a veces juguetean traviesas las estrellas. Es en ese lugar donde duermen mis sueños. 

sábado, 28 de junio de 2014

Cuando el SOL y la LUNA se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor.
Hoy SOL y LUNA viven esperando esos raros momentos que les fueron concedidos y que tanto cuesta, sucedan. Cuando mires al cielo, a partir de ahora, y veas que el SOL cubre la LUNA, es porque se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de eclipse. Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al clelo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor.

viernes, 27 de junio de 2014

 En el caminar de la vida, nos vamos encontrando con distintos paisajes, con caminos, con carreteras, con puentes y con barrancos... A veces caminamos con alguien por un trecho del camino y otras... solos.

  Hay partes del camino que son fluídos y otros casi inaccesibles, en unas ocasiones los caminos son directos y en otras nos encontramos en encrucijadas donde la elección es dificil, dificil saber cual de los caminos que se muestran será el mejor...

  La vida es una eterna elección y un eterno caminar...  A veces necesitamos tomarnos una pausa y es bueno, es bueno sentarse al borde del camino en el que nos hallemos y mirar por un momento lo que se nos abre delante, lo que hay a nuestro alrededor y todo el camino que ya hemos caminado.

jueves, 26 de junio de 2014

No sé en qué parte del mundo estarás, ni siquiera sé si existes. Pero me ilusiona pensar que alguien abrirá en algún momento su correo y llegará hasta allí esta carta.
La leerá y sabrá que ha sido escrita para: Hombre o Mujer, joven o viejo... ¿qué más da?
Escribo estas líneas para una persona que sepa lo que es sentirse sola/o.
Esta carta es para alguien que necesite un abrazo o tenga miedo. Una persona que alguna mañana haya visto claras sus equivocaciones y sus consecuencias. Alguien que en el deseo de ser de otra manera tropieza siempre en la misma piedra, esa que nos sorprende porque forma parte de lo que realmente somos, aunque aún no lo sospechamos. Escribo para quien frecuentemente se descubre emocionado, con el corazón girando como un molinillo de deseos pero sin reconocer de dónde proviene tal viento ilusionado. Alguien así entenderá que algunos días el mundo queda muy bajito y otros aprisiona con su sombra, sabrá comprender también los días pesados y plomizos en que nos encontramos varados, sin dirección ni rumbo y necesitamos que alguien a nuestro lado agarre el timón. Se reconocerá en ese esfuerzo de remar, remar y remar hasta que de nuevo aparezca tierra en el horizonte.
Esta carta es para los que sienten todo eso y mucho más pero no se atreven a dejar oír esos ritmos del alma.

Verás, amigo o amiga, persona aún desconocida, estaba pensando cuan hermoso sería que a todo el mundo, otra persona le hubiera escrito una carta o dedicado una poesía, inspirada en ella, creada por su sola existencia. Y que todas las personas hubieran sentido que algún otro ser las recordaba con afecto, y no por lo más hermoso que hubieran mostrado, sino aún habiendo enseñado el monstruo que también albergan.





miércoles, 25 de junio de 2014


   No paraba de mirar el reloj, parecía que las horas se habían convertido en tortugas, despacio, despacio. Era cómo si ese reloj dejara de ser un objeto vintage para convertirse en antigüedad.
   Pero su mente era una liebre, saltaba y saltaba uniendo los recuerdos de momentos vividos hasta formar un gran lazo que le permitiera unir la distancia, al otro lado del atlántico.
   Sin embargo lo único real era los minutos vividos, aquellos que sustentaban el presente y que conformaban sus deseos de amar, eso era todo, así de simple, así de sencillo, amar y ser amada, nada más.
No puedo darte soluciones a todos los problemas de la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharlas y buscarlas junto a tí.
No puedo evitar que tropieces, solamente puedo darte mi mano para que te sujetes y no caigas.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida, me limito a apoyarte, estimularte, y ayudarte si me lo pides.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando una pena te parta el corazon, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para reconstruirlo de nuevo.
Animo amiga, que ahora las lagrimas no te dejan ver nada, pero cuando se sequen veras que el sol sale cada mañana para todos.

martes, 24 de junio de 2014

Me concedo a mí misma el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer que debo esperar que otro determine dónde yo debería estar o cómo debería ser. 
Me concedo a mí misma el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.

Me concedo a mí misma el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.

Me concedo a mí misma el permiso de correr los riesgos que yo decida correr, con la única condición de aceptar pagar yo misma los precios de esos riesgos.

Me concedo a mí misma el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo, en lugar de esperar que alguien más me dé el permiso para obtenerlo.
A veces sabéis, me gustaría volver a ser una niña. Sí es que alguna vez, en lo más profundo, he dejado de serlo…
Y ver el mundo con los ojos de entonces. Sin barreras. Ni límites… sin fianzas.
Con la paleta de colores intacta y fresca, y el pincel impoluto.
Y volver a tener esa sensación de las primeras veces. Del descubrimiento. De que las cosas ocurren sin ser consciente de ello, sencillamente ocurren; para saborearlas efímeras y dulces como cuando el tiempo nunca importaba, tan sólo el placer de vivirlas.
Ser niña. Sí…
Para abrir todas las puertas sin llamar, sin miedo a lo que está al otro lado. Sintiendo el pomo de la vida en tus manos por instantes que huelen a tardes de verano.
A sonrisas contenidas. A olor a pan tierno recién hecho de la abuela. A abrazos con olor a azahar y canela…eternos. A leche caliente y esperanzas.
Niña.


Para correr descalza las calles sin miedos. Sin perjuicios. Para abrazar a todos sin esperar que nadie te lo pida. Abrazar… sí.